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domingo, 6 de enero de 2013

Queriendo volver

El sol no me permite esconderme en grandes poleras con mangas largas para poder cubrir mis gritos, o mejor dicho, mis cicatrices, aquellas que significan que perdí una batalla, que todo me derribó, y que no hay nada que me haga sentir mejor que tenerlas ahí, así que, te maldigo verano, por no dejarme seguir con lo de siempre, nada puedo hacer más que arañarme o golpearme, la noche me vuelve loca, saca aquella oscuridad que habita en mí a la cual me aferro, a la cual temo, es tan difícil contenerse... pero obligatorio, ya mi madre a visto aquellas "rasgadas" que hizo el pequeño gato de una de mis mejores amigas, y obvio no es verdad, es otra más de las mentiras que puedo hacer para mantenerme a "salvo", o mantenerme lejos de que me insinúen por loca.
Una mirada de disgusto más un "uhg... ¡Sweetheart!" de mi madre mientras ella cenaba con mi padre y este me regañaba daban igual a un "iré a botar la basura" departe mío, cuanto más rápido uno sale de aquellas incómodas situaciones donde tu madre/padre ven más allá de lo que deberían, más secreta es tu vida, más secreta es tu identidad.
Es tiempo, digo yo, de volver, ya no la escucho en mi mente, solo aveces, pero su voz es débil, y casi no existente.
Ya basta, basta de todo, me dejaré llevar por ella.


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